Farmacias y Boticarios en Aibonito

Farmacias y Boticarios en Aibonito

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Prontuario Histórico de
Aibonito



Angel M. Rivera Rolón



Farmacias y Boticarios
en Aibonito



Durante la segunda mitad del siglo
xix en la Isla se practicaba el oficio de boticario en sus facetas más elementales de las
ciencias de la farmacopea. Del latín \u201cpharmakeia\u201d que quiere decir elaborar
medicamentos y su uso. Su etimología del francés \u201cfarmacie\u201d. Como una ciencia,
estudia las diferentes posibilidades de remedios para combatir las enfermedades
y sus dolencias a través de la combinación y preparación de plantas, líquidos y
químicos que se encuentran en la naturaleza.



En Aibonito existían varios
boticarios encargados de atender las necesidades de salud del pueblo antes de
visitar la intervención del médico titular. La Botica era casi un
consultorio de salud y en este lugar el boticario
diagnosticaba en ocasiones y despachaba
los diferentes remedios elaborados en la farmacia.



Tenían
la responsabilidad de preparar medicinas y venderlas en el local de la botica. Con la
experiencia de atender los enfermos en
la comunidad se familiarizaban con los diferentes males y enfermedades que aquejaban sus cuerpos para luego
diagnosticar un remedio para sus padecimientos.



La botica era un lugar con una
distribución de espacio tradicional utilizado en España. El lugar proveía para
venta de medicinas, almacenamiento y un cuarto para la preparación de los
remedios farmacéuticos en donde se tenían instrumentos especializados para la
elaboración de medicinas por el boticario.



El local de la botica se dividía en tres
áreas, al final de la farmacia estaba ubicado el salón de preparativos de
medicinas y envase, más adelante el almacén de los mismos y al frente del local
se tenía los anaqueles, vitrinas y el mostrador para atender al público.



El que suscribe trabajaba en el área
de envase en la Farmacia Moscoso al final del local en el área de preparativos. En dos baldes de lavar ropa
llenos de agua se preparaban los envases
de cristal reciclando las canecas de ron. Se les quitaba la etiqueta y con una
navaja se raspaba la superficie hasta quedar reluciente. Una vez finalizada la
botella se ubicaban en cajas para luego llenarlas con diferentes líquidos como
anilina, cresol, miel de abejas y alcohol entre otros. Finalizado el
embotellamiento se procedía a etiquetar la caneca y luego ubicarla en los anaqueles.
El recetario era análogo, manual no existían las computadoras, no había nada
digitalizado. En un pequeño espacio en la trastienda se guardaban las recetas
en paquetes enumerados por fechas amarrados con una pequeña soga por la
cantidad de recetas en su contenido. Cuando el cliente regresaba para repetir
el medicamento se buscaba en los paquetes de referencia. El farmacéutico tenía
equipos para los preparativos de medicamentos, balanzas de precisión,
termómetros, probetas, varios morteros, utensilios de trabajo para el manejo de
mezclas y al lado de la mesa de trabajo un filtro de agua en cerámica con diseños en colores. Algunos farmacéuticos
de Aibonito fueron aprendices en la botica y pasaron por el trabajo de lavado y
preparativos de embaces como don Carlos
Pont quien años más tarde estableció la Farmacia San Rafael.





Visitar la botica era motivo inicial
para recibir atenciones de salud y mientras se esperaba se creaban tertulias con el boticario, sus ayudantes y
clientes, dando a conocer las noticias del quehacer cotidiano del pueblo. Más
que un local era un centro para socializar, para conocer los nuevos vecinos,
los candidatos políticos, rumores de los diferentes barrios y exponerse ante el
elemento social y los negocios. Por lo general las boticas en Aibonito tenían
en el área de las tertulias.



un banco, un termómetro de las condiciones del
tiempo y un reloj. Muchos visitaban la
botica para hacer uso de la báscula para pesarse y al mismo tiempo conocer su
suerte con la información en el pequeño cristal del equipo. Algunas personas
utilizaban la báscula para pesar un animal y productos agrícolas, interrumpiendo los trabajos de la botica. Para
corregir esto se procedió a rotular la romana con el siguiente mensajes\u201d Para
personas solamente\u201d. Podemos apreciar la báscula de la botica Moscoso con este mensaje en la Casa Museo Federico
Degetau en Aibonito.





La formación del boticario se
consideraba como un oficio por requerir destrezas y habilidades manuales en el
manejo de instrumentos especializados para la elaboración del medicamento. El
estudio de la farmacia era inaccesible para los aiboniteños, no había
universidades y se aprendía el oficio trabajando en farmacias con boticarios
certificados en universidades del exterior. La primera universidad en la Isla
se funda en 1903 en Rio Piedras, la Universidad de Puerto Rico. Esta iniciativa
fue producto del primer comisionado residente en Washington de Puerto Rico
licenciado Federico Degetau quien había propuesto al regresar de España la
Universidad Panamericana de Puerto Rico. Años más tarde siendo Sindico de la
Universidad del Estado promueve la creación del Colegio de Agricultura y Artes
Mecánicas en Mayagüez en 1911.Para esta fecha residía en Aibonito en su Quinta
Rosacruz.



El farmacéutico como boticario de
oficio mantenía una comunicación amplia con la comunidad y las diferentes
clases sociales. Se le consideraba una persona de trato afable, culta y de
buenas costumbres. En Aibonito durante el siglo xx se establecieron varias
boticas entre ellas la Santa Ana, San Rafael, San Antonio y la farmacia Moscoso en 1898, siendo la primera
de esta cadena de farmacias en la Isla.



Hablar de la botica en Aibonito
durante el siglo xx, es reconocer el trabajo arduo del boticario, don Teodoro
Moscoso, don Gregorio Hernández, Ismael Moscoso, don Carlos Pont, don Cristóbal
Moscoso, Alberto González y don Antonio
Torres entre otros.



Don Gregorio Hernández fue
alcalde en 1920 por el partido
Unionista. Persona cívica, comerciante y comprometido por el bienestar de su
comunidad. Funda una botica con el nombre de San José, por la misma estar
ubicada en la calle con el mismo nombre y en honor al patrón de la iglesia San
José como creyente en sus principios religiosos. Desde sus comienzos hace
aproximadamente cien años, la efarmacia
San José ha mantenido un servicio de excelente comprometidos con la salud en la
comunidad. Don Goyo Hernández pionero
junto a otros boticarios aiboniteños se dio
a la tarea de establecer un negocio de venta de medicamentos en
Aibonito. Las Actas del Ayuntamiento en 1924
registran a Don Goyo pagando impuestos municipales de industria y
comercio por la cantidad de $20 dólares
con ingresos anuales en la botica de $8,200.Estos ingresos incluían las
requisiciones del municipio de compra de medicamentos para los pobres. Las
únicas farmacias en Aibonito a 1924 eran
San José de don Goyo y la Moscoso de don Cristóbal. En el año 1945 don
Gregorio Hernández compra la Quinta Rosacruz antigua residencia de Federico
Degetau de manos de Placida Sánchez Jiménez, hermana de Bonifacio Sánchez
siendo don Goyo el primer due
ño de esta propiedad fuera del
fideicomiso Degetau. La farmacia San José aún se mantiene operando con un
servicio de calidad en la población, honrando el legado de don Gregorio por
mantener y ser parte de la salud de un pueblo. Podemos dar fe del inventario de
la farmacia de don Goyo \u201cde todo como en botica \u201csiempre atento recibiendo a
sus clientes en la puerta con un trato jovial y respetuoso. Un dato interesante
es que estas farmacias tenían un libro para registrar el \u201cfiao\u201d, se despachaba
el medicamento con dinero o sin dinero poniendo en primer lugar el bienestar
del paciente. Muchos clientes luego regresaban con gallinas en mano, verduras y
otros artículos de regalos para el farmacéutico.



En
la actualidad muchos aiboniteños e hijos adoptivos de este pueblo continúan con
el servicio de farmacia, ofreciendo consejos del uso y control de medicamentos
para una mejor calidad de vida. Un total de ocho farmacias permanecen operando
en la actualidad en Aibonito; San
Antonio, Andrea, Yamila, farmacia Mary, Rey, Unity, San José con dos
establecimientos y Wallgreens.














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